miércoles, 3 de marzo de 2010

Los jóvenes y las elecciones legislativas

El 14 de marzo los colombianos elegiremos un nuevo Congreso de la República, y digo nuevo por que los cuatro años anteriores han sido convulsionados con la salida de congresistas por distintas razones, entre las que se cuentan la parapolítica y el aburrimiento con sus partidos (Gina Parodi por ejemplo). Es necesario, entonces, realizar una reflexión sobre los jóvenes y estas elecciones para llamar la atención sobre algunos temas; en este primer post quiero, de manera muy sucinta, comentar por qué el tema de la juventud debe ser tomado con seriedad, no solo por los medios de comunicación si no por la ciudadanía en general.

Los estudios en temas de juventud, de manera muy general y tal vez ramplona, se pueden dividir en dos grandes corrientes: los que creen que la juventud está marcada por una serie de procesos socio culturales, y los que piensan que la ésta depende simplemente del tema de la edad. Poniéndolo en blanco y negro, unos creemos que la juventud es un proceso social que todos vivimos de manera diferente por una serie de factores, mientras que otros creen que la juventud es un rango de 14 a 26 años (ley 375 de 1997).

Sin embargo, en lo que podemos estar de acuerdo unos y otros es que en las elecciones de Senado y Cámara del 14 de marzo los jóvenes no pueden participar como candidatos, bueno con unas pocas excepciones de personas de 25 años que sean candidatos a Cámara (las edades mínimas para ser candidato es de 30 años, para Senado, y 25, para Cámara). Se preguntará usted por qué esto es importante y por qué peleo tanto vía Twitter por el tema.

Entre todas las razones que pueden ser expuestas voy a priorizar dos, la primera es que para mí es esencial que los candidatos conozcan la ley antes de llegar al Congreso. Un candidato como Rodrigo Lara diciendo que fue el Senador más joven, y ufanándose de eso, demuestra que no conoce la ley que quiere implementar. Si se va a vender como la representación de la juventud, por lo menos léase la ley. Lo digo además porque desde la otra visión tampoco sería un joven (pongo el ejemplo de Lara porque es la propaganda que se me viene a la mente, pero existen otros políticos jugando a lo mismo).

La segunda razón, quizá la más fuerte, se da porque el concepto juventud no es arbitrario, se presenta porque existe un segmento de la población con unas problemáticas especificas en muchos aspectos (Espere en la tercera de serie de entradas algunas de las problemáticas de los jóvenes) que merecen un trato especial por parte del Estado y de las entidades de la sociedad civil. Cuando hablamos de candidatos jóvenes y metemos en ese saco a un poco de personas que desde ningún punto de vista lo son, estamos logrando que se menoscabe la categoría y esconder a este segmento poblacional y sus problemáticas.

Es por eso que si está hablando de un tema electoral y va a utilizar la palabra joven o juventud, piénselo y mire si está colaborando para desdibujar la categoría conceptual o si por el contrario está ayudando a visibilizar las problemáticas de este sector de la población.

Espere próximamente dos entradas más la primera contará la historia de una candidata joven y la segunda con un análisis de propuestas en temas de juventud que para mí son claves en la campaña.

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